Recorriendo una de las zonas más bonitas del interior de Japón
La imagen que muchos de nosotros tenemos de Japón es la de grandes ciudades llenas de gente, metro colapsado en horas punta, grandes edificios con enormes carteles luminosos,…en definitiva, un país superplobado donde ya poco queda sin urbanizar, sin apenas campo o bosques. Esto es lo que creía que yo también me iba a encontrar en gran parte de Japón, hasta que en nuestro viaje por este país decidimos pasar unos días por el interior de la isla en un lugar más tranquilo para huir del bullicio de Tokio.
Escogimos la pequeña ciudad de Takayama como base por lo bien que oímos hablar de ella en guías y otros blogs, y por estar, además, conectada por tren utilizando el Japan Rail Pass. Y es que Takayama es una ciudad pequeña en la que estuvimos muy a gusto ya desde los primeros minutos tras nuestra llegada. No es en absoluto caótica, tiene hasta un punto rural, y es muy fácil orientarse en ella. Por otro lado, aunque no es muy grande, tiene bastantes servicios como multitud de restaurantes, hoteles de diversas categorías y precios y centros comerciales.
El primer contacto con Takayama que suele tener el visitante es la estación de tren. Al salir de ella en dirección al centro de la ciudad lo primero que nos encontramos es la oficina de turismo, donde pediremos el mapa de rigor. Entre la estación y la zona antigua de la ciudad, suele ser donde se encuentran la mayoría de los hoteles, por lo que lo más probable es que dejemos ya nuestro equipaje en el hotel antes de ponernos a conocer la ciudad.
Y lo primero que suele ver el visitante es la zona antigua, a la que llegará en un corto paseo y tras cruzar el Rio Miyagawa. La zona antigua no es muy extensa, y se recorre en menos de una hora, pero es recomendable tomarse la visita con calma y parar en una de las tiendas tradicionales a probar el sake. Si vamos antes del mediodía, podemos ver también un mercado en la calle.
Despues de conocer la zona más antigua recomiendo recorrer los múltiples templos que hay en la parte oeste de la ciudad, como el de Higashiyamashirayama o Shoren-ji entre otros. Después de visitar concurridos templos de Tokio o Kyoto, aquí podemos verlos en calma y tranquilidad, en muchos casos completamente solos.
Y hasta podemos hacer algo de senderismo en Takayama. En el Parque de Shiroyama, hay varias rutas señalizadas que nos adentran en la vegetación más espesa a un paso de la ciudad, donde no es raro encontrarnos hasta con osos. En lo alto del parque, hay hasta los restos de una antigua fortaleza, aunque debemos de hacer trabajar mucho a nuestra imaginación porque poco queda ya de ella. Después de tanto paseo, es un buen momento para relajar nuestros pies en algún onsen de pies que tenemos cerca de la estación. Además, son gratuitos.
Si nos alejamos un poco del centro de Takayama, a unos 3 o 4 kilómetros del centro, podemos visitar la aldea tradicional de Hida. Está formada por una serie de casas tradicionales restauradas que nos muestra cómo era el estilo de vida en esta zona de Japón. El entorno, junto a un lago, es muy hermoso, y hace que el conjunto sea una parada imprescindible en nuestro viaje por Japón.
Ya que estamos en esta zona del centro de Japón, y sin desplazarnos muchos kilómetros de la ciudad de Takayama, recomiendo ir hasta uno de los pueblos más hermosos del país: Shirakawa.
Es un lugar casi idílico, con múltiples casas tradicionales, donde pasarse un buen rato paseando y haciendo fotos. Para llegar allí, se puede ir en un bus público que sale justo en frente de la estación de tren, pero sale más barato y cómodo ir en excursión organizada.
Para ver todo lo anterior con calma sería suficiente con dos o tres días, aunque si tenemos más tiempo, podríamos hacer otras excursiones, como ir a los alpes japoneses hasta Kamikochi, hacer la ruta Nakasendo entre Tsumago y Magome, ver la ciudad de Kanazawa o al onsen Shin-hotaka. Hagamos estas excursiones o no, estoy seguro que nuestros días en Takayama nos acercaron a la esencia más tradicional de Japón, así como a su espiritualidad y naturaleza.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar.
La mejor forma de llegar, y la que usan la mayor parte de los turistas que llegan a Takayama es en tren desde Nagoya, vía Gifu. También se puede llegar desde Kanazawa, en la parte occidental de la isla.
Dónde dormir.
Hay varios tipos de alojamientos, de distintas categorías y precios. Nosotros escogimos el K’s House Takayama, que es estilo hostel, con habitaciones comunes y privadas y derecho a cocina. Una habitación doble con baño nos salió a unos 60€ noche, aunque la tarifa depende de la demanda.
Dónde comer.
Aunque hay muchos restaurantes, con diversos estilos de comida, para mi el mejor fue sin duda el Manpuku-tei (local que nos recomendó Verónica del blog Viajar Code: Verónica). Está en la zona vieja de la ciudad, y es un buen lugar para probar la deliciosa carne de Hida. Una buena cena para dos personas, con carne de Hida y cerveza para beber cuesta unos 25€.
Rutas.
Recomiendo hacer la Higashiyama Walking Course, un recorrido que nos lleva por los templos de la ciudad y pasa por el Parque Shiroyama. Es muy bonito y está además muy bien señalizado
Cómo desplazarse a la aldea de Hida.
Se puede ir en bus, taxi o alquilando unas bicis, aunque como está a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad, una buena opción es ir dando un paseo. Además, de camino, podemos parar a descansar en un onsen de pies.
Cómo desplazarse a Shirakawa.
Al principio pensamos en utilizar el transporte público, ya que salen buses para allí justo delante de la estación de tren. Pero unos turistas vascos nos recomendaron una excursión organizada con guía que sale más o menos igual que ir por libre. Se puede contratar en el hotel J-Hoppers Hida Takayama Guest House, y cuesta unos 30€ persona.
Pues esto es todo! Y ya sabéis que, como es habitual en este blog, si tenéis alguna duda, queréis dejar aquí algún consejo más, o simplemente queréis comentar o compartir alguna experiencia similar, no dudéis en escribir un comentario.
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